En el sector financiero estadounidense, se observa una tendencia peculiar: mientras los mercados mundiales experimentan caídas continuas, el valor de las tierras agrícolas en Estados Unidos ha alcanzado cifras récord. En 2022, estos valores se dispararon, alcanzando los 5.000 dólares por acre, marcando la mayor subida desde 1970.
Inversiones de magnates y fondos de inversión
Magnates como Bill Gates y Jeff Bezos, junto con varios fondos de inversión, han ingresado silenciosamente al sector agropecuario. Bill Gates, el quinto hombre más rico del mundo, recientemente adquirió 2.100 acres en Dakota del Norte, sumando un total de 269 milacres en 18 estados de Estados Unidos. La adquisición se centra principalmente en Louisiana, donde posee 69 milacres.
Diversificación de cultivos y magnates agrícolas
Las tierras de Gates son terrenos fértiles que producen arroz, maíz, algodón y papas, destinadas a empresas como McDonald's y Burger King. Jeff Bezos también se suma a la tendencia, con 420 milacres en el oeste de Texas a través de su empresa Blue Origin. Además, fondos de inversión como TIAA, con más de 1 billón de dólares en activos, están ampliando sus posiciones en tierras agrícolas.
Motivaciones de las inversiones
Las razones detrás de estas adquisiciones son diversas. Desde la protección ante caídas en los mercados financieros hasta la búsqueda de un control en el suministro de alimentos a nivel nacional. Bill Gates, a través de su fundación, también está involucrado en investigaciones contra el cambio climático y apoya alternativas a la carne y productos a base de plantas.
Rentabilidad y escasez de tierras
El valor intrínseco de las tierras agrícolas como recurso es evidente. La creciente población mundial, proyectada en 10 mil millones para 2050, aumenta la demanda de alimentos, haciendo que las tierras agrícolas sean inversiones sólidas con una tasa de rentabilidad promedio anual del 10,27% en los últimos 47 años.
Barreras y controversias
Sin embargo, la compra masiva de tierras por parte de fondos de inversión y magnates como Bill Gates ha elevado los precios, dificultando la entrada de nuevos agricultores. Gates ha sido acusado de utilizar empresas fantasma para adquirir tierras, revelando la complejidad y controversias asociadas con estas transacciones.
Transformaciones en el panorama agrícola
Evolución en las inversiones agrícolas
Durante muchos años, las tierras agrícolas fueron pasadas por alto como activo financiero. Sin embargo, a partir de principios de los 2000, los inversores institucionales comenzaron a explorar este sector. El número de fondos de inversión en tierras agrícolas se multiplicó por nueve entre 2005 y 2020, un impulso acelerado durante la crisis financiera de 2008.
Diversificación de rendimientos agrícolas
Las tierras agrícolas generan rendimientos a través de la producción de cultivos, alquiler o arrendamiento de acres y la apreciación del activo. En tiempos de crisis económica, estas inversiones actúan como refugios seguros, manteniendo su valor y contribuyendo a la estabilidad en el suministro de alimentos.
Cambios demográficos en la agricultura
El envejecimiento de la población agrícola, con propietarios mayores de 65 años poseyendo el 40% de las tierras, presenta un cambio significativo. A medida que más agricultores se jubilan, estas tierras rentables están siendo adquiridas por inversores externos, creando oportunidades de inversión para aquellos que buscan diversificación a largo plazo.
Desafíos laborales y nuevas oportunidades
El declive en el interés de los nativos de Estados Unidos en trabajar en la agricultura, debido a la naturaleza física y exigente del trabajo, ha llevado a un aumento de trabajadores inmigrantes en el sector. La necesidad de capital externo se vuelve crucial para aumentar la productividad, eficiencia y sostenibilidad de los cultivos a largo plazo.
Reflexiones sobre el futuro
En conclusión, las inversiones en tierras agrícolas están experimentando una transformación significativa, impulsada por la combinación de motivaciones financieras, preocupaciones ambientales y cambios demográficos. Estas inversiones no solo representan oportunidades económicas, sino que también desempeñan un papel crucial en la seguridad alimentaria y la sostenibilidad a medida que enfrentamos desafíos globales.